Este molcajete celebra la esencia más pura de la artesanía mexicana: la piedra volcánica en su estado natural. Tallado a mano a partir de un solo bloque, su diseño cuadrado combina fuerza, equilibrio y una estética sobria que honra la materia prima sin artificios.
Cada pieza nace en Guanajuato, donde la piedra volcánica se extrae de forma responsable y se trabaja completamente a mano por artesanos que dominan el arte de labrar la roca. Sus herramientas siguen el ritmo del material, revelando su textura, su peso y su historia. El resultado es un objeto sólido, con una presencia táctil y visual que transmite autenticidad y permanencia.
Su estructura cúbica reinterpreta el molcajete tradicional con líneas limpias y proporciones contemporáneas. Los soportes integrados, tallados del mismo bloque, refuerzan su estabilidad y lo convierten en una pieza arquitectónica. Su acabado rústico y natural hace visible la energía del volcán de donde proviene, mientras su forma depurada permite que dialogue tanto con cocinas modernas como con espacios tradicionales.
La superficie porosa de la piedra volcánica permite moler ingredientes de forma eficiente, liberando sabores y aromas que solo este material puede lograr. Preparar una salsa o un guacamole en él es un ritual de conexión con la tierra, con la cocina y con el tiempo. Su robustez lo hace ideal para el uso diario y su presencia lo convierte en una pieza central de cualquier mesa mexicana.
Material: Piedra volcánica 100% natural.
Técnica: Labrado y pulido 100% a mano por artesanos mexicanos.
Dimensiones: 8 x 8 pulgadas (aprox. 20.3 x 20.3 cm aprox).
Peso: 6.5 kg (aprox)
Origen: Guanajuato, México.
Incluye: Tejolote de piedra volcánica.
Cada molcajete es único. Las variaciones naturales en color, porosidad y veta son huellas auténticas del material y testimonio del trabajo artesanal.
El Molcajete Cuadrado de Piedra Volcánica de Tres Piedras es una declaración de diseño honesto y esencial. A diferencia de las versiones con talavera, su belleza radica en la pureza del material: sin adornos, sin color, solo la fuerza original de la tierra hecha forma.
